"Resuena El Trombón de Cristo, No Temáis, Que Existe Un Hogar Eterno"
Segunda parte
Así, el hombre mundano da vueltas alrededor de sí mismo cree que ha explorado las fuerzas propulsaras y poderosas, pero la verdadera fuerza propulsora, al Espíritu, no le conoce.
El hombre mundano estudia teología y filosofía y así va utilizando su filosofía en el mundo con relación a Dios, no habiendo experimentado nunca a Dios. Muchos teólogos hablan del Eterno, del destello redentor, enseñan la biblia, pero dentro de ellos hay frialdad, porque están lejos de la verdad eterna. Muchos hablan de la libertad y están atados a dogmas y formas, a hombres, a objetos, a dinero y bienes. Muchos hablan de la paz, pero en sus almas hay intranquilidad, oscuridad, el hombre está lleno de pensamientos contrarios.
Muchos cristianos hablan de la enseñanza cristiana, confirman que son cristianos, pero al Espíritu de Cristo, a Mí su Redentor, todavía no lo han experimentado nunca. Más de uno cree que con llevar la biblia debajo del brazo y leerla está iluminado, pero la visión interna, la verdadera fuerza del espíritu le es extraña. Los hombres viajan por unos y otros países, se enorgullecen de conocer el mundo, sin embargo, no conocen su verdadero hogar.
Hijos Míos, esto tiene que cambiar en este mundo. Yo he venido de nuevo con la palabra y con la obra, lo que Yo he manifestado como Jesús de Nazaret, que el hombre debe vivir en paz, alegría y amor, que el hombre debe sanar y llegar a ser libre, esto desea llegar a la realización en este mundo.
Todavía son pocos los que en verdad han reconocido la existencia del Espíritu en este mundo, todavía son pocos los que, a través del autoreconocimiento y la realización, se acercan cada vez más a Mí, al Espíritu eterno, y que así construyen los puentes hacia la conciencia sublime. Todavía son pocos los que están penetrados por Mí, la vida eterna, y que salen al exterior en el cumplimiento actuando como trombones, los cuales despiertan a los hombres del sueño de su ego. Sin embargo, el amor de Dios y Su misericordia irradia cada vez más a este mundo, y aquellos que en verdad aman a Dios, si, aunque el amor del hombre a Dios sea muy pequeño, a éstos Dios los recoge como hijos Suyos a través de Mí, vuestro Redentor.
Y alguno dejará caer sus formas todavía existentes, y más de uno de los periodistas contará acerca de la verdadera vida que hoy todavía no puede comprender o incluso rechaza. Y más de uno de los que dudan llegará a ser creyente, pues en verdad Mi luz irradia en este mundo. Y llegará a ser cada vez más grande a través de aquellos que en verdad aman más a Dios que al ego aparente.
El hombre mundano estudia teología y filosofía y así va utilizando su filosofía en el mundo con relación a Dios, no habiendo experimentado nunca a Dios. Muchos teólogos hablan del Eterno, del destello redentor, enseñan la biblia, pero dentro de ellos hay frialdad, porque están lejos de la verdad eterna. Muchos hablan de la libertad y están atados a dogmas y formas, a hombres, a objetos, a dinero y bienes. Muchos hablan de la paz, pero en sus almas hay intranquilidad, oscuridad, el hombre está lleno de pensamientos contrarios.
Muchos cristianos hablan de la enseñanza cristiana, confirman que son cristianos, pero al Espíritu de Cristo, a Mí su Redentor, todavía no lo han experimentado nunca. Más de uno cree que con llevar la biblia debajo del brazo y leerla está iluminado, pero la visión interna, la verdadera fuerza del espíritu le es extraña. Los hombres viajan por unos y otros países, se enorgullecen de conocer el mundo, sin embargo, no conocen su verdadero hogar.
Hijos Míos, esto tiene que cambiar en este mundo. Yo he venido de nuevo con la palabra y con la obra, lo que Yo he manifestado como Jesús de Nazaret, que el hombre debe vivir en paz, alegría y amor, que el hombre debe sanar y llegar a ser libre, esto desea llegar a la realización en este mundo.
Todavía son pocos los que en verdad han reconocido la existencia del Espíritu en este mundo, todavía son pocos los que, a través del autoreconocimiento y la realización, se acercan cada vez más a Mí, al Espíritu eterno, y que así construyen los puentes hacia la conciencia sublime. Todavía son pocos los que están penetrados por Mí, la vida eterna, y que salen al exterior en el cumplimiento actuando como trombones, los cuales despiertan a los hombres del sueño de su ego. Sin embargo, el amor de Dios y Su misericordia irradia cada vez más a este mundo, y aquellos que en verdad aman a Dios, si, aunque el amor del hombre a Dios sea muy pequeño, a éstos Dios los recoge como hijos Suyos a través de Mí, vuestro Redentor.
Y alguno dejará caer sus formas todavía existentes, y más de uno de los periodistas contará acerca de la verdadera vida que hoy todavía no puede comprender o incluso rechaza. Y más de uno de los que dudan llegará a ser creyente, pues en verdad Mi luz irradia en este mundo. Y llegará a ser cada vez más grande a través de aquellos que en verdad aman más a Dios que al ego aparente.
Continúa...
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